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La Traición. En estos días, un amigo me preguntaba acerca de la acción de traicionar a alguna persona, y se refería específicamente, al caso de la traición de Judas Iscariote a Jesús, por 30 monedas de plata. Juzgar una traición desde la perspectiva del acto en sí, quizás sea muy osado, sin tener en cuenta el marco en el cual se da la misma. Ciertamente, no es posible traicionar a un amigo. Es muy ruin, y lo es más aún, cuando se traiciona a la pareja "amada". Sin embargo, cada caso habría que estudiarlo con lupa, para llegar a una conclusión del porque del acto, pero siempre tomando en cuenta la acción del perdón. Puedo decir personalmente, que he pasado por esta situación, y cargo con las consecuencias de mis actos, tal como el rey David lo hizo, según lo que Dios le estableció. Y es por ello que, lejos de ser como David, he asumido mis consecuencias y las llevo con mucha paciencia, a pesar de no recibir el perdón deseado. Hay muchos que podrían decir, respecto a la traici
LEY DE ACCIÓN Y REACCIÓN  "De la misma boca salen la bendición y la maldición. Hermanos, esto no debe ser así. ¿Acaso la fuente mana por el mismo caño agua dulce y amarga? Hermanos, ¿puede acaso la higuera dar aceitunas, o higos la vid? Tampoco un manantial de agua salada puede dar agua dulce." (Sant 3, 10-12) Acostumbramos a proferir un refrán muy popular que dice "la lengua es castigo del cuerpo", y hay momentos en los cuales, desconocemos las consecuencias que atravesamos siempre cada uno de nosotros. En las ciencias básicas, hay una ley física que solemos reconocer de la acción y reacción. Ella establece que a cualquier fuerza de acción, se suscita otra fuerza de igual magnitud, pero de signo contrario a la fuerza accionante. Es por ello que cuando golpeamos por decir, una pared, con una fuerza inmensa, la pared nos devuelve el golpe con la misma magnitud. Como consecuencia de ello, nos duele la mano y hasta a veces, incluso, nos la fracturamos. Es la llamada Te

LA NUEVA INQUISICIÓN

Comenzamos una nueva etapa dentro de "Desde la otra orilla".  En tiempos otrora, surge dentro de los Tribunales, tanto eclesiasticos como los civiles, la llamada Inquisición. En ella se juzgaban los delitos contra la fe y las buenas costumbres. Si vamos a su función, no es equivocado hacer ésto, pero siempre he mantenido, que la justicia nunca se ejecuta de manera objetiva, ya que en todo momento actúa la subjetividad del Juez ejecutor. Tan solo el Rey Salomón (1Re 16-28), utilizó la objetividad para aplicar justicia, tal y como se lo había pedido a Dios como un don divino. De resto, ejercer el Derecho es bien dificil, porque a pesar de las pruebas que puedan presentarse, existe siempre la interpretación capciosa que desliza la balanza hacia donde el Juez desee. Fueron muchas las injusticias cometidas, y tal como Maquiavelo lo establecía, hay momentos donde "el fin justifica los medios". Por tanto, las sentencias iban muy cargadas de esta idea, el fin de mantener lo